Camino a pedirle a Jacinto que traiga la vaca. La carretera que nos lleva a la Playa Jobos en Isabela, bella, rodeada de palmares. Tiene senderos preparados para caminar o correr bicicletas. Hay numerosos restaurantes y chinchorros y hay mucha gente paseando.
Detras de uno de estos chinchorros encontramos el sendero que nos lleva al Pozo de Jacinto.
Llegamos a la playa, al fondo está el pozo.
Este nombre dado por la imaginería popular de este pueblo corresponde a una leyenda que más adelante verás explicada en un vídeo.
De modo que hicimos lo que hacen todos los boricuas, llamamos a Jacinto.
Luego de llamar varias veces a viva voz, el mar se enfureció. Bueno, decidimos caminar por el paseo tablado hacia la Playa Montones, el paisaje bellísimo.
Y aquí está el porqué de esta leyenda: